• Crónica de la Otredars: el Despolitizado.


    Publicado el 16 de Noviembre del 2011


    Reconocer lo que uno es, entre lo difícil y confuso que puede ser el significado de la propia existencia, se vuelve aún más difuso cuando lo que se quiere reconocer de uno mismo es algo que posiblemente pueda malentenderse o ser reprobado socialmente por los demás (sobre todo cuando te enfrentas a seres sociales que están más socializados que tu persona).

    De pronto, te das cuenta que eres parte de una generación en que sus padres apagaban la televisión cuando tocaban el tema de la Dictadura; en que el ramo de Historia partía muy atrás entre los mesopotámicos, los egipcios y los grecolatinos, pero que al hablar de la actualidad difícilmente trataban temas tan incidentales para tu formación política y ciudadana como podrían ser estos mismos temas que no se trataban en las cenas familiares, al fin y al cabo, de vez en cuando es mejor olvidar.

    Llegas a una institución en que hay cabros que manejan conceptos y poseen un espíritu crítico que te supera con creces, que de algún modo extraño te interesa lo suficiente como para prestarles atención. 

    Lamentablemente, la atención solo dura en primera instancia, ya que posteriormente cuando percibes que no eres muy “entendido” en el tema, te frustras y dejas de prestarles atención (con la ligera duda, si es verdad que estos temas son tan importantes para la sociedad, por qué no son tratados conversados por todos).
    ***

    Es difícil aprehender el contexto total de la realidad en la que uno vive. No sé muy bien si la despolitización -de la cual se pretendía que hablase- es producto de años de dictadura que se especializaron en aquello, que siguen actuando en las subjetividades que forman parte de nuestra sociedad, o si es un proceso natural de las culturas humanas, y que aunque el sistema capitalista se derrumbe, nunca más volveremos a ser seres políticamente y activamente organizados.

    Entonces, en cierta medida uno se ve enfrentado a dos panoramas generales, ora intentar entender más acerca de las temáticas que se pretenden discutir (pensando que el mejor resultado de una discusión puede ser en el que se genere algo concreto y no solo cruces de palabras y de conceptos, en abstracto); ora continuar una vida algo perezosa, en el que me conforme con lo poquito que sé de política, con lo poquito que entiendo qué es lo que está sucediendo en el mundo en el que vivo, con la inercia vertiginosa que consume la vida de las personas del chilito en que estamos.

    Ahora, en serio…
    La gran problemática que me surge sería, ser o no ser, ir a jugar un rato al balónpie o ir a una asamblea, hacer algo que realmente me interesa o hacer algo que otros quieren que me interese (porque en sus pensamientos surge como la mejor manera de hacer las cosas). Y así los poderosos dilemas de la existencia humana se reducen a simples asuntos pragmáticos de cuál será el movimiento más práctico, útil y satisfactorio el cual desempeñaré en las próximas horas.

    Bueno, y la derecha era mala por qué razones éticas. Las juventudes comunistas no deben pescarse por qué motivos. La anarquía es un sistema insostenible e inaplicable en nuestras sociedades actuales. La instauración de los regímenes marxistas trajo una de las mayores tasas de defunción, inclusive, igualando a las del nazismo. La democracia no representa a nadie y los sistemas absolutos están pasados de moda. No creemos en la forma en que está estructurado el mundo pero seguimos votando, a nivel universitario, y eligiendo “un” presidente que nos represente. Seguimos soñando con la revolución, tomando las decisiones que muchos han seguido en las tradiciones que detestamos. Sin riesgo de caer en un posmodernismo o en un nihilismo, funcionalmente innecesario, se deja la pregunta de…

    Si se pretenden forjar nuevos formas de organización política, no será mejor buscar nuevas alternativas que nos culturicen políticamente sin vendernos los famosos rollos y las famosas pomadas (en eso se transforman si se intenta meter en la cabeza de personas que no han desarrollado una actitud crítica frente a estos temas) antes de vivir en términos ideales y abstractos que prediquen la revolución y una conciencia de clases vigente, cuando las personas ni siquiera saben la real incidencia de un partido político en la sociedad, mejor aún, la verdadera incidencia de toda una comunidad de estudiantes que ni siquiera le puede hacer frente a un consejo de escuela que decide cómo terminarán estos el primer de semestre, comunidad que obedeció sin chistar. Esto, solo para reflexionar.


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